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Microbiografías de adolfo payés

martes, 28 de abril de 2009

«Yo, Picasso»


Añadir imagen«Yo, Picasso»: genio y chamán
Desde su adiós clama Libertad
El «Guernica»— ese extracto de universo sin palomas
El «Guernica»— ese extracto de sangre, rebeldía y llanto

Cristina Castello

«Yo, Picasso» era su frase favorita. Fue un desesperado por la vida y la arrasó. No tuvo límites. Ni para crear, ni para doblegar. Ni para beberse el arte, el alcohol y los burdeles; ni para encerrarse en silencio, para crear. El 8 de este abril se cumplen los treinta y seis años de su adiós (¿A Dios?). Hoy grita, gime, increpa y resiste desde el «Guernica», su obra maestra. Desde ese cuadro que es historia, que escribió la Historia, y que es emblema de libertad, «Yo, Picasso» sigue alertando a los inocentes de la Tierra. En el corazón de este mundo trémulo, su clamor pictórico y vital tiene hoy, aún más entidad.
Niño prodigio y superdotado; comunista y pacifista, o burgués. Tierno y cruel; amigo y traidor... aquella vez. Aunque ardió en su fuego, salió siempre ileso, él. Calcinaba a los otros. A las otras. Las mujeres eran sus diosas, pero también, «frazadas para limpiar pisos» y «máquinas para sufrir». Sus ojos desorbitaban destinos. Lo rodeó la muerte y lo abrazó la vida, hasta los 91, cuando nos dejó. ¿Quién fue: Eros o Tánatos?
Fue un chamán, un genio; el mayor artista del siglo XX y hasta ahora sin parangón. Pintor, escultor, grabador, dibujante, su obra fue decisiva para el desarrollo del arte, incluso para el diseño gráfico, la ilustración y el cómic. Ganó un dinero incalculable; mientras otros artistas morían de hambre, él vivía en castillos y, cuando sus obras los desbordaban, no los vendía: compraba otros.
Se declaraba pacifista y fue miembro del Partido Comunista Francés, hasta su adiós. Pero si bien la obra del Picasso de los 20 años, refleja el desconsuelo de los excomulgados de la humanidad, el de los cuerpos abismados, y el de los ciegos, después nunca mostró explícitamente un compromiso con el dolor universal. Hasta que el demonio nazi aliado a ese otro amo de los infiernos —el Generalísimo español Francisco Franco— se encaramó en pájaros asesinos. Pájaros-aviones que bombardearon la ciudad vasca de Guernica el 26 de abril de 1937, y la muerte puso huevos en la herida. ¡Oh ruiseñor de sus venas! (García Lorca).
El chamán Picasso reaccionó de inmediato en favor de los republicanos. Henchido de ira y pletórico de arte, pintó el célebre «Guernica».
El «Guernica»— ese extracto de universo sin palomas. El «Guernica»— ese extracto de sangre, rebeldía y llanto, a partir del cual hay un antes y un después. Un antes y un después para la pintura; un antes y un después —o debería haberlos— en las conciencias de quienes miran esos tres metros de alto y ocho de largo, de arte, furia y piedad.
Con esta pintura, nada más —y nada menos—, que está en el Museo «Reina Sofía» de Madrid, hubiera sido suficiente para la gloria del genio.
El «Guernica» es un alegato contra la guerra, contra el terrorismo franquista y contra todo fascismo. La violencia, las madres, las mujeres, la maternidad, la sexualidad, laten en esa obra, como un retrato del espanto. Fragmentos de vidas y muertes, son pequeñas imágenes de la gran imagen de un caos organizado, en la obra suprema que exige Libertad.
De un lenguaje pictórico sorprendente, es el trabajo de un maestro de la composición que revela, a la vez, la mirada inocente de un niño.
Así fue Pablo Picasso. De pequeño pintó como un adulto, y recién en su madurez, recuperó su mirada de infante: «Desde niño pintaba como Rafael, y me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño». Cierto, no es fácil recuperar la inocencia.
Pero nunca estuvo solo para buscar su mirada virgen; un año antes de morir, cuando tenía ya 90, dijo que la muerte fue la única mujer que lo acompañó siempre. Y entonces, las trece diosas «oficiales»que fueron sus frazadas para limpiar pisos y que, sin embargo, lo amaron incluso hasta el suicidio... ¿Qué hicieron?
Animal en celo
Quiso ser libre como el mar, y resultó esclavo de su sed hacia todo y hacia todas. Como un animal en celo, necesitaba de las mujeres, con la misma potencia con que las mimaba primero, y maltrataba después. Se desesperaba por las adolescentes, quería probar toda forma de sexo, ahogarse de pasión para mejor emerger. Si hasta fue sospechado de homosexual por el novelista Norman Mailer. ¡Vaya «delito»!
Después de haber pintado «El picador», en La Coruña a los cuatro años, se enamoró de Carmiña. Él tenía diez octubres; ella es «La niña de los pies descalzos», cuadro que el Maestro conservó hasta su adiós.
Jadeante de deseo y tórrido de delectaciones, de allí en más todos sus amores —¿sabía amar?— se convirtieron en pinturas. Por sus etapas: azul, rosa, cubista, la de cercanía al surrealismo, la expresionista, las de las máscaras africanas —por todas, después de Carmiña— desfilaron muchas de sus mujeres. La cupletista célebre Josefa Sebastiá— «La Chelito»; las que surgieron de aventuras, producto de la frecuentación de cabarés de París, Barcelona y Madrid y más.
Hasta que llegó —le llegó— Fernande Olivier. Con ella convivió en el barrio de Montmartre, en París, pero se escapó del hogar para crear otro con Eva Gouel, a quien llamaba «Ma Jolie» («Mi Linda»).
1917 le regaló a Olga Koklova, bailarina del ballet ruso, al que abandonó por Don Pablo Ruiz Picasso, llamado así hasta que —por rechazo hacia su padre— comenzó a firmar sólo son el apellido de su mamá. Al año siguiente se casaron: la princesa fue la única esposa de Picasso ante la ley; a partir de entonces, se integró la «alta sociedad» y vivió como un burgués. La rusa aristocrática, se había presentado ante él, altiva:
—«Soy Olga Koklova, la sobrina del Zar», tronó como si susurrara, al tiempo que descubría su escote de aguas sediciosas frente al sediento de toda sed.
Bellísima sobre su metro 55 de estatura, en las obras de su esposo apareció como una tonta, empecinada, e insatisfecha. ¿Existe la realidad o existen los ojos que la miran?
El primer hijo de ambos, Paulo, nació tres años más tarde, y ayudó a disimular el fin del amor, que se anunciaba. Con sus monerías infantiles, regocijaba a las arenas de la Costa Azul, al tiempo que la decadencia de la pareja encontraba su apogeo.
Como si su vida hubiera sido un best-seller, la historia del Genio estuvo signada también por la tragedia. Paulo, con quien siempre había sido indiferente, murió de cirrosis y alcohólico; y —por una perversión del destino— su nieto Pablito se suicidó el día de la muerte del artista, pues Jacqueline Roque, su última y dictadora compañera, no lo dejó entrar al funeral. El pequeño bebió cantidades de lavandina, y se fue de la Tierra... ¿Con su abuelo, a Dios?
Picasso había fumado opio en París con Apollinaire, Mirbeau, Lautrec y Modigliani. Buscaban semillas de sueños para sembrar la aurora. Fumaban para soñar. Y como un sueño llegó a su vida Marie-Thérèse Walter, cuando ella tenía 17 años y él 46. Era 1927.
El deseo erótico se sumaba al placer de la aventura; el secreto de los encuentros era absoluto, para evitar problemas con la ley, por la edad de la adolescente. Cuando nació María concepción, Maia, la hija de los dos, Olga fue abandonada. Y también, a su turno, Marie-Thérèse, quien, sin embargo, siguió asistiéndole con devoción: le cortaba las uñas y el pelo y las guardaba, en un orden cronológico estricto, pues él temía que le hicieran brujerías. Escribió a su amado durante treinta años; y finalmente, cuando él murió, se suicidó en la casa de Picasso en la Costa Azul.
Los ojos verdes de la fotógrafa yugoslava Dora Maar, le llegaron de la mano de Paul Éluard y su dulce esposa Nush, quienes los presentaron en un café de París. Corría 1936 y el chamán cayó rendido ante su belleza e inteligencia. Pero... ¿Es que él se rendía ante algo o alguien?
No, también desertó de aquella mirada esmeralda, para tomar de la mano a Françoise Gilot, en 1943, con quien tuvo otros dos hijos: Claude y Paloma.
Dora, brillante y talentosa, había fotografiado toda la etapa del Guernica, mientras sufría escenas de celos, que continuaron después de la separación. Cada vez que él la encontraba con alguna posible pareja, hacía escándalos mayúsculos; para su delirio, cada mujer llevaba la «marca Picasso» y a ella se debía. Dora terminó en un manicomio, y finalmente se hizo profundamente religiosa.
Fue Jacqueline Roque, su última mujer, la única que pudo dominarlo, bueno... apenas; trató de aislarlo de sus amistades, hijos y nietos, lo acompañó hasta el final. Después de la muerte de Picasso en 1973 en Mougins, Francia, se pegó un tiro, pues no encontraba un sentido a la vida, sin él. Están enterrados juntos, en los jardines del Palacio de Vauvenargues, que Picasso había comprado, pero donde nunca había vivido, en la Riviera Francesa. Mientras se comía la vida, sin saberlo, había preparado su propio sepulcro, suntuoso.
El arte a quemarropa
Casi todas sus mujeres escribieron libros sobre él. Pero cuando Françoise Gilot, publicó «Mi Vida Con Picasso», él no quiso ver nunca más a los hijos de ambos, Claude y Paloma. Con la única que se frecuentaba a veces, era con Maia, hija de Marie-Thérèse, se recordará. Ya grande, ella reconoció que su padre hubiera deseado guardar consigo a todas las mujeres; como un coleccionista, las clasificaba por color, forma y espíritu. Como a las mariposas.
¿Cuál de sus mujeres fue la más amada, si es que amó a alguna, más allá del ansia de poseerlas todas? Quizás lo fue la más oculta, la poeta Geneviève Laporte, más de 40 años más joven que él, bella, refinada, sutil. Aparentemente la relación duró un lustro, pero jamás la olvidó. «Nunca podré ser más que tus pinceles /Ser obra de tus manos /Estar dentro de ti», reza un fragmento de alguno de sus poemas para él.
Pero todas le escribieron versos. Y también él escribió, entre cuyos libros, el más conocido es la obra de teatro «El deseo agarrado por la cola». Él lo podía todo. ¿Todo?
El poeta Guillaume Apollinaire lo escuchaba y acompañaba, con el afecto de los amigos verdaderos. Curiosa vida: en 1911 un empleado suyo robó algunas estatuillas del Museo del Louvre y las vendió a Picasso. Apollinaire fue detenido por la policía francesa y el genio fue llamado a declarar. Dijo no conocer en absoluto al poeta. Fue una traición.
¿Y cómo llamar a las expresiones de Joan Miró, cuando, con su esposa Pilar, se enteró de la muerte del gran Maestro? «Pilareta —se alegró— desde ahora el número uno soy yo».
Cada palabra es un autorretrato: aquí, el de Monsieur Miró.
Pablo Picasso dejó un imperio y sus herederos viven en torno de su fortuna; salvo Paloma Ruiz Picasso, hija del pintor y de Françoise, que tiene su propio imperio de fragancias, joyas y bolsos. A ella le correspondieron 30.000 millones de la herencia, es dueña... hasta de rascacielos y, con su hermano Claude, compraron la isla Petalious en Grecia, a la cual casi no van. Amaba a su papá: le importaba su inteligencia y su bohemia; ríe cuando cuenta que —ante ciertos gastos— le escuchaba siempre la misma respuesta: «¿Crees que eres la hija de Rockefeller?».
Picasso, ¿Eros, Tánatos, o ambos? Quizá ninguno. Picasso era un genio, y a los genios no se los suele medir con la misma vara que a todos. Tienen la «pasión del Absoluto», de la que escribió Louis Aragon, aunque no se refería a ellos. Son seres para quienes nada es suficientemente «algo».
Aunque tengan una vida social activa, están aislados. Necesitan encontrar-se en la soledad, su único lugar posible. ¿Saben amar? El arte es un amante tan exigente que quiere al hombre todo entero, según Miguel Ángel Buonarroti. «Nunca podré ser más que tus pinceles», había comprendido sabiamente Geneviève.
¿Hay un lugar cierto para alguien más, en la vida de un genio o de un artista? No, salvo si ese alguien sólo acompaña como una «frazada para limpiar pisos»; o si es capaz de no perder su propia libertad interior y de conservar su propio mundo, en lugar de subordinarse al genio y dedicarse a la ceremonia de su adoración. Una de las pocas excepciones fue la conducta de Johann Sebastian Bach, quien tuvo una cotidianidad aparentemente normal. No hay muchas más.
Aunque transiten las sombras, ellos tienen gula de luz. Tienen furia de hurgar en sus propias ventanas, hacia adentro, para encontrar ese nido celeste. Esa parte de Infinito que justifica y explica el arte, para de vivir entre el cielo y la tierra con aspiración de eternidad.
El mundo es hoy una boa devoradora de vidas. Pueda Picasso, pueda el «Guernica» estremecer otra vez el corazón del hombre. Y que la Justicia «rompa sus andrajos grotescos de farándula, se escape de la pista, se meta por la puerta falsa, donde los mercaderes del mundo dirigen los destinos del hombre, y esa Justicia, pida la palabra» (León Felipe).

26 comentarios:

Zayi Hernández dijo...

bueno...bueno...te cuento que he estado viendo la pelicula de Modigliani esta tarde, sintiendo una mezcla de odio y amor por Picasso...aunque siempre prevalece el amor. Me has dado en el mero centro del pecho con el GUERNICA...es para mi, mi cuadro....antes de él nada y después de él, todo...ha sido maravilloso pasearme por acá y haber experimentado la catarsis de ver la peli y acto seguido esta maravilla que has creado... no me ves, pero sonrío extasiada...
Besitos.

Duncan de Gross dijo...

Genio y figura Picasso, mi obra favorita es "Los Tres Músicos", y por cierto Zaya, me apunto para ver la peli de Modigliani, no la he visto!!

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

La «pasión del Absoluto, me quedo con esa frase...gracias por deleitarnos una vez más!!

Da gusto llegar a tus rincones..me quedaría horas sintiendo el arte!!

Gracias, besiños!!

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Gracias Adolfo, muchas.
besitos y amor
je

Hada Isol ♥ dijo...

Es muy grato descubrir cosas que ognora de nombres que uno conoce pero que no sabe todo al detalle,aprender es un gusto Adolfo! gracias!un abrazo!

Sandra Figueroa dijo...

Que bello rinconcito lleno de ti, de tu arte. Besos, cuidate.

Anónimo dijo...

MA-RA-VI-LLO-SO!!!!!!!!!!!
Me has dejado embriagada.

Cómo resumir un libro bellísimo que dos amigas me hicieron llegar desde la exposición que se hizo en Barcelona por la fotógrafa personal Lee Miller, "Picasso en privado" me es tarea titánica.

Maravilloso el video.

Gracias, Adolfo

Anónimo dijo...

Adolfo,
Muy interesante y bello tu blog. Un gusto leerte también.
=)

abrazos,

Tefy.

Patricia M. Sartor dijo...

Me parece que las palabras de la poeta que fue una de "sus" mujeres lo resume todo:

Nunca podré ser más que tus pinceles /Ser obra de tus manos /Estar dentro de ti Geneviève Laporte

Te preguntás si los artistas saben amar, claro que saben, son todo amor pero su amor es diferente y quienes los acompañan han de saber amar también, quizás son ellas quienes no sabían amarlo, quizás Picasso murió buscando, con sed infinita, a su mujer, la que lo podría acompañar y ser su musa para siempre... nunca lo sabremos, pero sí sabemos que muchos otros artistas sufren la aparente falta de amor, disfrutan y sufren la soledad, sus musas están en sus telas, en sus versos, los acompañan con palabras y gestos, pero en la intimidad, muchas veces faltan...

Es el precio del arte, que es un amante tan exigente que reclama el primer sitio...

Un abrazo Adolfo, se aprende mucho contigo...

aapayés dijo...

ZAYADITH HERNÁNDEZ gracias por tu presencia por aquí se te aprecia mucho. es buena la película..

saludos fraternos con el cariño de siempre

un beso
y abrazo inmenso

aapayés dijo...

Duncan de Gross gracias es muy buena la película de Modigliani..
un gusto leerte por aquí
se agradece mucho

saludos fraternos
un abrazo inmenso

besos

aapayés dijo...

carmensabes gracias muy fina se agradece mucho tu presencia y comentario gracias--

saludos fraternos
un abrazo inmenso besos

aapayés dijo...

sedemiuqse gracias un gusto leerte siempre..

saludos fraternos
un abrazo

aapayés dijo...

* HADA ISOL un placer leerte siempre, gracias por pasar y comentar , se agradece mucho

saludos fraternos
un abrazo

besos

aapayés dijo...

Poetiza gracias por tu presencia, muy fina de tu parte se te aprecia mucho..

saludos fraternos con el cariño inmenso de siempre

un abrazo
besos

aapayés dijo...

Mar gracias por tu comentario se agradece mucho...

eso un cerumen excelente..

saludos fraternos
un abrazo inmenso

aapayés dijo...

Estefania * Efímera gracias por pasar y comentar se agradece mucho..

saludos fraternos
un abrazo inmenso

besos

aapayés dijo...

Lisilla/Patty gracias muy fina de tu parte con tu comentario esta interesante lo leí todo

gracias..

saludos fraternos siempre solidarios
un abrazo inmenso
besos

Peter dijo...

Me llama la atención que no se mencione la relación con los nazis durante la II Guerra Mundial de este comunista siempre en lucha contra el fascismo. Mitos.

aapayés dijo...

Peter gracias por tu comentario y visita, es raro: es la primera vez que escucho a alguien decir o mencionar en la vida de Picasso, que se relaciono con los nazis, pero por lo que leo en tu forma de expresar que no mucho te parecía su pensamiento, comunista como lo plasmas muy bien en el comentario..
Hay que leer entonces. sobre su participación clandestina con la resistencia francesa contra los nazis, pero ante todo. diría que Picasso fue un humanista, y bueno al libre albedrío como le quieran llamar..

saludos fraternos
un abrazo siempre comunista

Duncan de Gross dijo...

Hola Adolfo. Yo siempre oí decir que a Picasso no le tocaron un dedo los nazis en París, a sabiendas que era republicano y comunista de pro, y que había pintado "Sueños y mentiras de Franco", y que había apoyado a la Republica junto a Miró y otros españoles. De hecho está la famosa anécdota aquella en la que un oficial alemán se presentó en su estudio para visitarlo, y al contemplar el "Guernica", preguntó: "¿Usted hizo esto?", alo que él muy tranquilo contestó: No, eso lo hicieron ustedes. Es posible que el propio Franco mirara para otro lado, ya que si hubiera querido Hitler le hubiera mandado a Picasso en papel de regalo muy gustosamente, y el revuelo estaría servido ya que Picasso ya era mucho Picasso por aquel entonces, y con la muerte de Lorca a las espaldas, hubiera sido ya lo último... Un abrazo ;-)

aapayés dijo...

Duncan de Gross gracias por pasar, claro en eso estoy muy sabedor sobre Picasso pero en lo que no concuerdo en el comentario anterior es que el haya tenido una relación con los nazis, en eso no concuerda el comentario.. anterior de Peter.

al contrario siempre se opuso a la ocupación..

un gusto siempre leerte

saludos fraternos
un abrazo

Francisco Javier dijo...

Soy nuevo en esta entrada,jejeje. No creo que haya que decir mucho, me lo he leído entero dos o tres veces, Gran escrito, muy significativo. Picasso como tu dices, un genio, para mi un artista, único y singular en sus formas. Pocos había como el, sigo considerando que los mejores pintores, poetas y artistas, fueron los que ya nos dejaron en el pasado.

Saludos Adolfo. Gran blog.

aapayés dijo...

Francisco Javier gracias por pasar y comentar se aprecia mucho

saludos fraternos
un abrazo

Anónimo dijo...

Querido Adolfo, Picasso para mi es el dios de la pintura, me ha gustado muchísimo lo que has escrito, me gustaría que me dejaras subirlo a mi blog, porque amo la pintura de este genio, y me fascina como lo has escrito, ya me dirás.
Mil besos y gracias por darnos tanto siempre Adolfo

aapayés dijo...

Gracias por pasar claro que puedo subirlo en tu blog me gusta la idea, y el articulo es de Cristina Castello, siempre me ha gustado mucho como escribe..
y Picasso que decirte si es el genio del siglo 20..

un gusto

saludos fraternos
besos

un abrazo con el cario de siempre
te estimo un mundo, gracias por pasar y comentar