El Salvador Arte de los Siglos XIX y XX.

Después de la independencia, a principios del siglo. XIX, El S., desde el
punto de vista de su actividad creadora y desarrollo arquitectónicos, no
conoció otra nueva edad de oro en su arquitectura. En la actualidad,
igualmente y al contrario que otros países de Hispano-américa, no ofrece
ningún aspecto personal y renovador destaca-ble en el campo artístico.
No
así en pintura, en la que han conseguido despuntar verdaderas figuras
de las artes plásticas contemporáneas. El primer pintor propiamente
salvadoreño fue Francisco Cisneros (1823-78), formado en París, Roma y
Florencia, donde asimiló las premisas estéticas clásicas que le harían
destacar como retratista y pintor de temas históricos de buena calidad;
desde 1859 hasta su muerte dirigió la Acad. de Bellas Artes de La
Habana. Sin embargo, quien ha inaugurado los senderos artísticos
salvadoreños es Pedro de Matheu y Montalvo (1900-66), «personalidad
compleja y completa, en la que cada uno de sus aspectos no hace sino
integrar y enriquecer el total modo de su personalidad» (Lafuente
Ferrari). Formado y educado en París, participó y fue galardonado en
varias exposiciones. Inició su carrera hacia 1918 dentro del
impresionismo, y ha destacado especialmente como paisajista de las
tierras españolas. Otros muchos completan el panorama pictórico de El
S., como José Mejía Vides (n. 1903), también paisajista; Luis Alfredo
Cáceres (1890-1952), colorista y de sensual dibujo; Ana Julia Alvarez,
formada en México dentro del muralismo tendente a lo ornamental y
estilizado, o el grupo de Elas Reyes, Noé Canjura, Carlos Augusto Cañas y
Julia Díaz.
Dentro de la talla en madera, siempre alrededor de una temática
salvadoreña, descuellan los escultores Joaquín Aguilar Guzmán, Valentín
Estrada (n. 1902) y Napoleón Náchez Avendaño.
A. MARTÍNEZ RIPOLL